Recomendaciones en la nutrición de la niñez temprana
Realizar unas cinco
comidas diarias: tres principales (desayuno, comida y cena) y dos más ligeras
(media mañana y merienda).
Es importante comer de todo, variar las comidas, tratar de hacerlas atractivasy disimular inicialmente los alimentos que el niño rechaza
Mantener horarios
regulares de comidas
Evitar el picoteo a
base de snacks, caramelos, dulces, etc. que sólo aportan calorías y
prácticamente ningún nutriente.
Desayunar a diario.
El desayuno es una de las comidas más importantes del día y debería cubrir un
25% de las necesidades energéticas del niño. Debe incluir alimentos de al menos
tres grupos básicos: lácteos, cereales y frutas. El desayuno es fuente
importante de energía y nutrientes, contribuye a un mayor rendimiento físico e
intelectual y ayuda a mejorar la dieta evitando deficiencias nutricionales.
La comida de media
mañana y la merienda son excelentes oportunidades para incluir alimentos de
gran interés nutricional como pan, cereales, lácteos, fruta,...
Es importante
supervisar lo que comen fuera de casa para evitar excesos, monotonía y comidas
con gran cantidad de calorías, grasas y baja densidad nutritiva.
Controlar el
consumo de aquellos alimentos con alta contenido en azúcar, grasa y sal. No
abusar de dulces, chucherías, snacks y refrescos.
Si el niño come en
el colegio es necesario conocer el plan de menús, sobre todo para equilibrar la
dieta con las comidas que se hacen en casa. Dentro de la dieta total, la comida
escolar tiene gran importancia no sólo
por el aporte nutricional sino también por ser un buen lugar para la educación
nutricional y la adquisición de buenos hábitos alimentarios. La escuela puede
ser un importante lugar de formación Nutricional, sin olvidar que además el
niño puede enseñar en el hogar lo que ha aprendido en la escuela.
Controlar el peso
corporal adecuado para edad y talla.
No restringir
alimentos, ni fomentar el consumo de productos "bajos en calorías o
grasa", a menos que haya una justificación médica o un exceso de peso y,
en cualquier caso, siempre bajo la supervisión del especialista.
Fomentar la
actividad física, al menos una hora diaria, y preferiblemente al aire libre.
Controlar el tiempo que pasan los niños sentados viendo la TV, con juegos
electrónicos, con el ordenador, etc. Esto no sólo contribuye de forma
significativa a la inactividad física sino que también puede fomentar el
consumo de determinados alimentos muy calóricos y con poca densidad de
nutrientes.
Cuidar la higiene
bucal.
Para que esta informacion quede mucho mas clara mire el siguiente video
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